domingo, 20 de febrero de 2011

Receta de risoto con perdiz roja de tiro.

Receta de risoto con perdiz roja de tiro.
*Siempre que nos enfrentamos a una receta de caza, tenemos que pararnos 30segundos a pensar quienes van a ser nuestros invitados o clientes. Lo digo, porque el que es de caza, y digo caza de verdad, no tiene problema con el sabor, potente y el retrogusto que durante un gran tiempo tienes en la boca.
Más, si hablamos de un risoto, que a buen seguro le puede gustar a la mayoría de la gente incluso niños.
Pero qué pasa con los niños; pues que los niños y la caza no hacen migas. Son sabores demasiado intensos y cansinos para ellos. Mejor será acostumbrar su delicado paladar poco a poco, no siendo que lo pasen a la  parte del disco duro, donde pone NO VOLVER A PROBAR.
Esta receta está pensada para casi todo el mundo, por ejemplo en lugar de hacer un caldo de carne con las carcasas de las perdices, haremos un caldo de pollo, y el majado con los interiores lo evitaremos, y solo incorporamos al arroz las patas, que necesitan tiempo de cocción.
Bueno, para cuatro personas;
2 perdices rojas de tiro, desprovistas de interiores.
1 cebolleta, picadita
1 puerro en 5 trozos
½ pimiento rojo picadito
5 ajos, Laurel, sal y pimienta
1l de caldo de pollo
10dl de nata y nuez de mantequilla
1 cucharada de queso chillón a la miel.

*Sartén con cinco ajos y laurel, cuando esté bien caliente, doramos las perdices enteras, hasta que esté la piel bien tostada.
Las sacamos y les quitamos las pechugas, las patas y con las carcasas las podemos o no, añadir a la cocción del caldo de pollo, ya sabéis de pendiendo el grado de sabor que busquemos.
En esa misma sartén sin los ajos, salteamos las patas junto con la verdura, sal y pimienta. Cuando se rindan, añadimos el arroz, movemos y mojamos con un poco del caldo, movemos y echamos caldo una y otra vez hasta que el arroz esté al dente.





El sabor en este momento es perfecto, con un gusto a perdiz pero nada exagerado. El arroz está un poco meloso y lo haremos más añadiendo la mantequilla, la nata y sobre todo el queso a la miel, que nos va a disimular un poquito más el sabor. 2 minutos y está.
En una satén con poco aceite, salteamos fuertemente y del lado de la carne, que esta crudo, las pechugas, durante apenas 2 minutos, dejándola una pizca rosada en el centro, y emplatamos.





En un plato hondo, colocamos el risoto, con una de las patas y una pechuga cortada a la mitad, regamos con el mejor oliva que tengamos y el laurel.
***Tendréis éxito incluso con los niños.
Paco García

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