Sí te gusta cocinar, relájate con esta receta, son dos horitas de liberación.
Ánimo.
¿Asadurilla o chanfaina?
Esto es como la sal en los chuletones, antes o después.
Hay tantas recetas, que se desdibujan al pasar la frontera de pueblos o regiones.
Te puedes encontrar de todo.
En Zamora, y desde mi experiencia, la diferencia, es la sangre.
En ambas, se utilizan lo interiores del animal, unas recetas con más o menos verduras, picaditas y condimentadas, y todo ello salteado muy bien, para después cocerlo en un caldo.
También las hay en versiones con distintas verduras, hortalizas y patatas.
Pero en la chanfaina se utiliza la sangre del animal en cuestión, a modo de amalgamador, con lo cual la textura es un poco más viscosa, densa, y con un ligero sabor ferroso.
Por lo contrario que cabría pensar, los interiores de los conejos de supermercado, son mucho más suaves de sabor que los del cerdo o los corderos. Por lo que no hace falta escaldarlos con vinagre.
Mi asadurilla, la hago de forma tradicional y algo más.
Con una Mini cebolleta y un ajo picadito, al igual que todas las vísceras. Salteo a fuego fuerte, añado pimentón de la verá, una gotas de tabasco, vinagre de jerez, un poco de soja, y un toque de salsa japo agridulce.
Esto premiará al plato de un toque distinto, y muy agradable. NO SE NOTA, Y LE DA ESE UMAMI...
Todo bien salteado, antes de añadir el caldo.
Dejamos cocer hasta su consumo, una media hora.
Ojo con la sal, es preferible pecar por defecto.
Las faldas no las vamos a cocinar, puesto que al ser tan delgaditas, con el horneado del final de esta receta, se harán perfectamente.
Así.
setas al cazo.
Utilizo un buen jamón cocido, (a modo de pasta filo), para envolver la asadurilla.
Encima, coloco una media falda, Mojamos con la salsa del salteo, anacardos picados por encima, y enrollamos.
Podíamos envolver menos cantidad de farsa en una sola falda y empanarla, para después freírla.
Bien, es otra opción. Pero no la de hoy.
Muy, muy fino el jamón. Y no se te olvide, que encima del envoltorio poner la otra mitad de la falda, salsa y más anacardos picados.
A mí, esta receta con hojaldre, aunque sea muy de los 90, me gusta bastante más, que la simplemente empanada y frita.
Tanto para un día especial en casa, como para un suculento segundo en un restaurante.
Envolverlo cómo un Wellington clásico.
Unos cortes, para que no levante.
Horneamos a 190 grados durante 15/20 m.
Mientras;
Salteamos un ajo, con las setas shimeji, sal y pimienta. Guardamos.
Es un bocado exquisito.
Solo y exclusivamente, plasmo en este blog, las recetas que por cualquier motivo, me sorprenden o me evocan momentos singulares. Ésta lo es.
Si con esta receta, hago que los malos rollos y pensamientos, se olviden, en esas dos horitas, me es más que suficiente.
Son días complicados por el bicho con numero 19.
Desde luego a mí, me ayuda muchísimo cocinar y contároslo.
Vamos, ánimo.
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